30 de agosto de 2011

Apuntes de lectura: I.K. CRP - Introduccion

Kritik der reinen Vernunft

INTRODUCCION

I De la distincion del conocimiento puro del empirico
 Los objetos exitan nuestros sentidos, producen representaciones, e impulsan a nuestra inteligencia a compararlas, enlazarlas o separarlas y asi componer la materia informe de las impresiones sensibles que forma ese conocimiento de las cosas que se llama experiencia.
Todos nuestros conocimientos comienzan de la experiencia. Pero no todos proceden de ella.
¿Hay algun conocimiento independiente de la experiencia y también de toda impresión sensible? Llámese este A PRIORI, y distíngase del empírico, que éste posee sus fuentes en la expriencia, por lo tanto es A POSTERIORI. Distingamos en los a priori, los puros, que son aquellos que carecen absolutamente de empirismo. Ej: "todo cambio tiene una casua" es a priori, pero no puro, porque el concepto de cambio solo puede formarse con la experiencia.

II
La experiencia nos muestra que una cosa es de tal o cual manera, pero no nos dice que pueda ser de otro modo.
Una proposición pensada con caracter de necesidad, es un juicio a priori.
La experiencia nunca proporciona juicios universales, es decir sin excepciones, sino con unageneralidadmsupuesta y comparativa (induccion). No es mas que una extensión arbitraria del valor. La universalidad y la necesidad son caractyeres evidentes del conocimiento a priori. Ej: las proposiciones matematicas. También se manifiesta la presencia de juicios a priori puros en nuestro conocimiento por su misma necesidad para posibilitar la experiencia. ¿de dónde sino tomaría la experiencia su certidumbre si todas las reglas que empleara fueran siempre empíricas y contingentes? (NdR: revisar, transitar hipotesis de recurrencia empírica, la necesidad como corolario de una cuestion reductible a lo cognitivo)
-Quitad del concepto experimental de un cuerpo todo lo que tiene de empirico; color, dureza, pesadez, permeabilidad, etc: siempre queda el espacio que ocupa el cuerpo (el cual hemos desaparecido) y no se puede destruir. Seria entonces el concepto de espacio, a priori, se impone en nuestra facultad de conocer.

III
Ciertos conocimientos por medio de conceptos, cuyos objetos no pueden ser dados por medio de la experiencia, se emancipan de ésta y extienen el círculo de nuestros juicios mas allá de sus límites. Temas de la razón pura: Dios, Libertad, Inmortalidad. Objetos de la metafísica.

IV Juicios analíticos y sintéticos (JA JS)

Analizando una propisicion en torno a la relacion de un sujeto a un predicado:
JA El predicado pertenece al sujeto como algo contenido en él (tácito)
JS El predicado es completamente extraño al sujeto.

JA El enlace se concibe por identidad. Intensivos. No añaden nada, sólo descomponen al sujeto en conceptos parciales comprendidos y concebidos (tacitamente) en el mismo.
JS Opuesto. Extensivo.Añaden al sujeto un predicado que no era pensado en aquel, algo que le extraño y no se puede obtener por ninguna descomposicion.

JA "Todos los cuerpos son extensos"
JS "Todos los cuerpos son pesados"

Los juicios de la experiencia son todos sinteticos. La experiencia es un enlace sintético de intuiciones.

V Las ciencias contienen como principios, juicios sintéticos a priori
Los juicios matemáticos son todos a priori. Y son todos sintéticos (NdR por lo menos los aritméticos)
La física contiene en sus principios JS a priori.
Debe haber JS a priori en la metfísica....

VI Problema de la Razon Pura
¿Cómo son posibles los juicios sinteticos a priori?

VII Crítica de la Razón Pura
La razón es la facultad que proporciona los principios del conocimiento a priori.
Filosofía trascendental: un sistema que trate no acerca de los objetos sino la manera de conocerlos.

Resumen de Eugenio Sanchez Bravo



1. Razón / Entendimiento

Lo primero que hay que saber sobre la tercera y última facultad del conocimiento es que la razón no conoce sino que piensa. Veamos, conocer, según Kant, es lo que hace el entendimiento en los juicios, es decir, aplicar a los fenómenos particulares conceptos generales, algunos de ellos a priori (categorías). Hay, por tanto, en el conocimiento, dos elementos necesarios: concepto yexperiencia (fenómeno). Pues bien, pensar consiste sólo en organizar los conceptos según sus relaciones lógicas, encajando unos dentro de otros según sean más o menos universales. El resultado de la actividad de la razón son los conceptos universalísimos que Kant llama Ideas de la razón:
  • Alma. El conjunto de nuestros conocimientos acerca de los fenómenos de la experiencia interna
  • Mundo. El conjunto de nuestros conocimientos acerca de los fenómenos de la experiencia externa
  • Dios. La síntesis de ambas.
Ahora bien, aunque mediante las ideas podemos pensar la totalidad de los fenómenos, ellas mismas no nos dan a conocer nada pues para ello necesitaríamos tener alguna intuición (experiencia) de las Ideas de la razón, cosa que no es posible. Por lo tanto, la metafísica como ciencia es imposible porque el límite de nuestro conocimiento es la experiencia sensible. Pero se da el hecho -faktum, que es la palabra que usa Kant para ponerse serio- de que el hombre es un animal metafísico, de que el hombre posee una tendencia natural a preguntarse ¿Quién soy?, ¿Qué sentido tiene el mundo? ¿Existe Dios? a pesar de ser consciente de que nunca podrá obtener una respuesta. A esta tendencia le llamamos ilusión trascendental. No podemos conocer las Ideas de la razón, pero, dice Kant, podemos atribuirles un uso regulativo en dos sentidos:
  • negativo, señalan los límites del conocimiento;
  • positivo, impulsan a organizar cada vez mejor los conceptos del entendimiento.
El entendimiento es la facultad de juzgar. Juzgar significa subsumir (incluir) una percepción es decir, un fenómeno, en un concepto. Sólo existe conocimiento cuando el concepto general va acompañado por la intuición empírica. Ahora bien, resulta que existen dos tipos de conceptos: unos son empíricos (o a posteriori); es decir, son generalizaciones tomadas de la experiencia (como “piedra” o “calor”). Otros son a priori, y son “puestos” por el entendimiento. Kant los llama “categorías“. Por ejemplo, la categoría de “causa“. Si hemos de analizar el fenómeno “el sol calienta la piedra” siguiendo la filosofía de Hume todo lo que podemos afirmar es que a un suceso A (el sol) acostumbra seguirle un suceso B (el calentamiento de la piedra) pero esta es una relación contingente, sólo probable. En cambio, utilizando la teoría kantiana de las categorías  si pienso: “El sol calienta la piedra”, “calienta” supone implícitamente la categoría de causa (“es causa del calentamiento de”). Esta categoría es a priori y, por lo tanto, nos guste o no, nuestra mente impone a la realidad la estructura causa-efecto y nuestras asociaciones causa-efecto apoyadas en la experiencia tienen un carácter necesario y universalmente válido. Las categorías fundamentales que Kant descubre son la sustancia y la causalidad
La física es la ciencia de la naturaleza, es decir, el conjunto de todos los fenómenos (no de los noúmenos o cosas en sí mismas, que nos son desconocidas) en cuanto están determinados por leyes generales. Asimismo distingue dos tipos de física:
  • La física experimental, cuyas leyes como ya decía Hume son sólo leyes probables, ya que son tomadas de la experiencia.
  • La física pura, que contiene los principios más generales de la física experimental. Sólo estos principios, o leyes, son juicios sintéticos a priori. Sólo la física “pura” cumple las condiciones de universalidad y necesidad que Kant exige a la “ciencia”. ¿Cómo son posibles las leyes o principios de la física pura? Porque en el fondo son las categorías que nuestra mente necesita utilizar para poder conocer el mundo. Y resulta que, casualmente, coinciden los presupuestos fundamentales de la física de Newton:
  1. Principio de permanencia de la sustancia: “En todo cambio de los fenómenos permanece la sustancia, y el quantum de la misma no aumenta ni disminuye en la naturaleza”.
  2. Principio de sucesión temporal según la ley de causalidad: “Todos los cambios tienen lugar de acuerdo con la ley que enlaza causa y efecto”.
  3. Principio de la simultaneidad según la ley de la acción recíproca o comunidad: “Todas las sustancias, en la medida en que podamos percibirlas como simultáneas en el espacio, se hallan en completa acción recíproca”.


Fragmento de Eugenio Sanchez Bravo (a desarrollar)
[...] en cursiva mis comentarios

    Un platónico y neokantiano como yo no tienen más remedio que estar de acuerdo con Tagore. La verdad absoluta y absolutamente objetiva no existe o, mejor, no tiene sentido hablar de ella, 
Distingo entre verdad absoluta y absolutamente objetiva. La primera puede exisitr. De hecho para mi lo hace, y es lo que denominamos LO REAL. Pero eso real, no es objetivable. Una verdad no objetivable, fuera de los límites de la cognición. Por eso coincido que no tiene sentido hablar de ella. Una vez que esa verdad es aproximada por el sujeto, surge la REALIDAD, que es el encuentro del sujeto con esa verdad. Ese encuentro es, en general, contigencia pura, y en particular, subjetividad.


sin sujeto que conoce no hay verdad, ni falsedad. Y el sujeto que conoce es el hombre. De modo que los cuatro trascendentales: verdad, belleza, justicia y unidad, están referidos al hombre. Existen en tanto que existe el hombre. El hombre es el artífice y la medida de estos trascendentales. Por eso decía Platón que conocer es recordar. El conocimiento era el de las ideas, por cierto universales y necesarias, y la experiencia me recordaba las ideas. Ahora bien, y aquí lo importante es el giro kantiano, que él mismo enuncia como su giro copernicano en el ámbito del conocimiento. Ahora explico un poco esto. Y lo bueno es que el pensamiento kantiano sobre el conocimiento se ha enriquecido por la teoría de la evolución y las actuales neurociencias. Decía que lo importante es no confundir, como creo que tu haces cuando lees la conversación Einstein-Tagore, lo subjetivo (que afecta a lo particular) con la subjetividad (que es universal y necesaria, es decir, afecta a la humanidad.) Pues bien, el giro kantiano es su propuesta de que el conocimiento y la validez de tal no gira en torno al objeto, el objeto, como cosa en sí, independiente y separada del hombre, es incognoscible. Lo que hace cognoscible al objetos son los “a prioris” que se dan en el sujeto. Esos a prioris pertenecen al sujeto (sensibilidad y entendimiento y son las intuiciones y las categorías o conceptos.) las intuiciones son el espacio y el tiempo y las categorías son doce, entre las que se encuentra, por su importancia en la ciencia, la causalidad, que nos permiten pensar (construir es un termino mas adecuado para mi) la realidad. Dicho más llanamente, la realidad, los objetos, la ciencia se me da, es posible, en tanto que en el hombre: kant hablaba de sensibilidad y entendimiento, hoy hablaríamos de redes neuronales, está la capacidad o condición de posibilidad de que se me dé esta realidad. Es el sujeto universal el que piensa (construye) la realidad. Pero, una cosa. Esa condición de posibilidad es universal, porque pertenece a la humanidad, a cada uno de los hombres por igual. Las diferencias serían culturales. La ciencia tiene una validez universal, pero es fruto del hombre. Y a Kant se le suma la evolución y las nuevas neurociencias. Kant pensaba que los a prioris eran fijos, pues no, hay una filogénesis de los mismos. Por tanto, nuestra forma de entender el mundo ha pasado la criba de la evolución. (En un sentido similar, yo pienso algo asi: nuestra forma de entender el mundo es algo propio de nuestra mente. Si se desea reduzcase al cerebro, no hace a lo que quiero decir. Esta mente, es REAL. Ergo, existe en y como parte del universo, del conjunto de lo real, y su funcionamiento se encuadra e integra en el funcionamiento de éste. Se encuadra, se integra, y SE LIMITA a éste, por eso no puede ni ir mas allá, ni siquiera tocar su frontera. De ahí surge la incognoscibilidad de lo REAL. El nexo que nos llevaría hacia ello, es parte de ello, moldeada y limitada por ello pero incapaz de trascenderlo, de llegar a percibir el ello desde una perspectiva que lo supere, que se eleve por encima de. )Las condiciones de posibilidades del conocimiento son evolutivas (evolución, una expresión o subconjunto de las leyes del universo. una medida de esa forma en la que interpretamos el encuadre de lo biológico en lo REAL)y se fijan en la estructura de nuestro cerebro y son universales, como lo es el tener manos. Y ya, para abreviar, las neurociencias lo que nos sugieren es que el cerebro, ver a Llinás “El yo y su cerebro” y Francisco Rubia, “En la senda de Spinoza” es una máquina de configurar la realidad. (o como Huxley, un filtro) Ahora bien. Todo esto, lo de Kant, lo de la filogénesis del conocimiento y los más extraño y fabuloso, el cerebro como máquina de confabulación de la realidad, (o como el psicoanálisis) no nos lleva al subjetivismo, sino a la certeza de que el conocimiento, como el bien y la belleza existen en tanto que existe el hombre, pero, igual que los afectos, los dos fundamentales y básicos: el amor y el odio, son universales.

    Por eso la verdad jurídica es humana, como creo que tú pretendes decir. Pero no subjetiva. Subjetiva es la del testigo, por eso es menester un juicio en el que se escuchen las partes, porque la verdad, al depender del hombre como tú sugiere, tiene muchas caras. Y el juicio es la única vía que encontramos para esclarecer la verdad de los hechos. ¿Que podremos llegar a una verdad absoluta?, de ninguna de las maneras, y ahí es donde creo que estamos de acuerdo y es lo que tú querías decir, pero sí a una verdad objetiva y universal. De lo contrario, no tiene sentido ni la ciencia, ni la justicia, ni la historia, ni la ética…pensamiento que, por lo demás, también es posible dentro del nihilismo. Yo estoy a caballo entre el nihilismo y el naturalismo. Un nihilismo radical, la anulación de cualquier discurso y reducción de todo al subjetivismo, una cosa así como lo que defiende Reguera, nos puede llevar al mal radical, a la justificación de todo


No hay comentarios:

Publicar un comentario