7 de julio de 2011

Realmente, quiero decir, En Realidad (apuntes de lectura, desde CRP Kant)

Parafrasis de Zizek en A propósito de Lenin
La cuestión no es
"¿hay una realidad "allí afuera", objetiva, independiente de nuestra conciencia?",
sino algo al revés
"¿es la conciencia independiente y externa a la realidad?"
La respuesta afirmativa a la primera noción es implícitamente idealista, pues plantea una conciencia independiente, separada de la realidad objetiva por una secuencia de capas de percepciones, ilusiones y distorsiones que cognocitivamente, puede  acercarse infinitamente por medio de aproximaciones asintóticas a esa realidad objetiva. Es decir, la noción de objeto implica la separación posible de un sujeto.
Afirmando la segunda se sostiene que el conocimiento objetivo de la realidad es imposible, porque nosotros - nuestra conciencia- ya somos parte de la realidad, estamos en medio de ella. No hay partición sujeto-objeto posible.
Lo que nos separa del conocimiento objetivo de la realidad es nuestra inclusión ontológica en ella.
Nuestro conocimiento es, por lo tanto, subjetivo, y está inscripto en el campo de aquello que se puede "objetivizar", es decir, no lo REAL en sí, sino el fruto de nuestra interacción como parte de lo real, en lo real. Esta sería entonces, mas propiamente dicha, "la realidad". Atreviéndome a formular una pseudo definición, realidad es una construcción, es una interpretación, parcial limitada y sesgada por la naturaleza de la interpetación subjetiva, es decir, incompleta  por nuestra posición, nuestra vinculación. nuestro lugar dentro de lo REAL ,o LA REALIDAD con mayúsculas. Èsta es, incognoscible. 
No confundir con una lectura subjetivista.
 La lectura subjetivista: el universo, el "alli afuera" solo surge cuando es percibido por la mente.
La lectura radical inversa: la conciencia está completamente incluída en los objetos observados.
Sólo una conciencia que observa el universo desde fuera realmente vería la totalidad de la realidad de la manera en que es, o sea, Lo Real.
Analogías de esto serían las percepciones superdimensionales. Solo desde una perspectiva que añada una dimensión es posible una visión total: una realidad unidimensional (una recta) solo es observable por completo desde un plano, y éste desde el espacio tridimensional.... Pero aquí la paradoja de la simultaniedad: coexisten infinitas rectas en ese universo plano, ese meta-universo. Existe un meta-universo al nuestro? Ese es otro tema, pero lo que queda claro es que sólo desde allí, si existiera, se podría conocer la realidad completa de éste. Desde dentro, a lo sumo habrá una gran suma de "perspectivas" que, tal y como la perspectiva en el dibujo, crea la ILUSION de una vision superior, totalizadora y abarcadora de lo observado, ilusion que nos lleva a confundir esa representacion con la cosa en sí. La perspectiva es, por definición, parcial. La perspectiva absoluta (el conocimiento absoluto, la verdad científica, la verdad religiosa) es una fantasía.
En psicoanálisis la noción de fantasía proporciona el marco en el que los objetos se aparecen al sujeto deseante., y este marco constituye las coordenadas de lo que el sujeto experimenta como "la realidad"
La sóla noción de "universo entero" presupone la existencia de un observador externo, posición que es imposible de ocupar, reducida entonces al absurdo.

Kant: Ding-und-sich, estructuracion de lo que percibimos como realidad objetiva a traves de la red trascendental.

De Lacan - 
La Tríada Real - Simbólico - Imaginario como modalidades de lo real
Lo "realmente real", el objeto primordial, la cosa horrorizante, el vortice abismal que arruina cualquier estructura consistente
Lo "simbolicamente real", lo real como consistencia, el significante reducido a una formula insensata que ya no puede traducirse o relacionarse con la experiencia cotidiana de nuestro mundo vital La estrucutra matematizada, consistente de lo Real.
Lo "imaginariamente real", el insondable "algo" a raiz de lo cual la dimension  de lo sublime brilla a traves de ubjeto ordinario. La pura y frágil apariencia.

Homología: La Tríada Real - Simbólico - Imaginario como modalidades de lo simbólico
Lo "realmente simbólico", los significantes reducidos a una fórmula insensata
Lo "Imaginariamente simbólico", los símbolos (jungianos)
Lo "simbólicamente simbólico", el discurso, el lenguaje significativo



Homología: La Tríada Real - Simbólico - Imaginario como modalidades de lo imaginario
Lo "realmente imaginario" , la fantasía, un escenario imaginario que ocupa el lugar de lo real
Lo "imaginariamente imaginario", la imagen como tal en su funcion básica de señuelo.
Lo "simbólicamentem imaginario", de nuevo el símbolo, el arquetipo.


La Tríada Real - Simbólico - Imaginario como modalidades del descentramiento del sujeto.
El "sujeto real" , del que hablan las neurociencias y la biología, la red neuronal como realidad objetiva de nuestra auto-experiencia psíquica ilusoria.
El "sujeto simbólico", la otra escena en la cual es sujeto es hablado.
El "sujeto imaginario" , la propia fantasía fundamental, el escenrario imaginario descentrado, inaccesible a la propia experiencia psíquica.

La distinción entre Lo Real y La Realidad:  lo real aparece como irreal, com uan ilusion espectral para la cual no hay lugar en nuestra realidad simbolicamente construida. En esta construccion simbolica social de lo real reside la captura. El resto inerte excluido de lo que experimentamos como realidad, retorna en lo real en la forma de apariciones espectrales. Lo Real es el "casi nada" que sostiene la brecha que separa una cosa de sí misma. Realidad como mueca de lo Real, algo que no es mas que una distorsion de perspectiva. Una mancha en lo que percibimos cara a cara.. Lo Real es el vacio, central, traumático e inalcanzable. El sol deslumbrante, imposible de mirar cara a cara, perceptible solo si se lo mira de lado (al sesgo, diria Zizek) a traves de una distorsion/perspectiva.
Lo Real no es lo pre-reflexivo de nuestra inmersión en el mundo de la vida, sino lo que se pierde, a lo que el sujeto renuncia para sumerjirse en el mundo de la vida. Eso reotrna luego en forma de aparaciones espectrales. No es el mas-alla inaccesible de los fenomenos, sino su doblez, la brecha entre fenomenos inconsistentes. No representa la intervencion de otra dimension en el orden de nuestra realidad, la cosa divina, sino que la cosa es un espectro que surje en los intersticios de la realidad, en la medida qen que la realidad no es consistente ni homogenea.

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Homero dixit "Hay tanto que no se de astrofísica. Deberíoa haber leído el libro el paralitico ese" .
de Stephen Hawking: "el gran diseño"
[...] Pero antes, en el capítulo siguiente, nos dedicaremos a la cuestión de
qué es lo que describen las leyes de la naturaleza. La mayoría de los científicos dirían
que son reflejos matemáticos de una realidad exterior que existe independientemente
del observador que la contempla. Pero a medida que vamos examinando nuestra manera
de observar nuestro alrededor y de formarnos conceptos sobre él, surge la pregunta
de ¿tenemos realmente razones para creer que existe una realidad objetiva? [...]

[...] HACE algunos años el ayuntamiento de Monza, en Italia, prohibió a los propietarios
de animales domésticos tener pececitos de colores en peceras redondeadas. El
promotor de esta medida la justificó diciendo que es cruel tener a un pez en una pecera
con las paredes curvas porque, al mirar hacia fuera, tendría una imagen distorsionada
de la realidad. Pero ¿cómo sabemos que nosotros tenemos la visión verdadera, no distorsionada,
de la realidad? ¿No podría ser que nosotros mismos estuviéramos en el interior
de una especie de pecera curvada y nuestra visión de la realidad estuviera distorsionada
por una lente enorme? La visión de la realidad de los pececillos es diferente de
la nuestra, pero ¿podemos asegurar que es menos real?
! La visión de los pececillos no es como la nuestra pero, aun así, podrían formular
leyes científicas que describieran el movimiento de los objetos que observan en el exterior
de su pecera. Por ejemplo, a causa de la distorsión, los objetos que se movieran
libremente, y que nosotros observaríamos en una trayectoria rectilínea, serían observados
por los pececillos como si se movieran en una trayectoria curvada. Sin embargo,
los pececillos podrían formular leyes científicas que siempre se cumplirían en su sistema
de referencia distorsionado y que les permitirían hacer predicciones sobre el movimiento
futuro de los objetos de fuera de la pecera. Sus leyes serían más complicadas
que las formuladas en nuestro sistema de referencia, pero la simplicidad es una cuestión
de gustos. Si los pececillos formularan tal teoría, deberíamos admitir que tienen
una imagen válida de la realidad. [...] Pero si los alienígenas impusieran leyes consistentes, no tendríamos manera de
decir si hay otra realidad tras la realidad simulada. Sería fácil decir que el mundo en
que viven los alienígenas es el mundo «real» y que el mundo generado por ordenador
es un mundo falso. Pero si — como nosotros— los seres en el mundo simulado no pudieran
observar su universo desde fuera, no tendrían razón para dudar de sus propias
imágenes de la realidad. Eso es una versión moderna de la idea de que todos nosotros
somos personajes del sueño de alguien. [...] No hay
imagen —ni teoría— independiente del concepto de realidad. Así, adoptaremos una
perspectiva que denominaremos realismo dependiente del modelo: la idea de que una
teoría física o una imagen del mundo es un modelo (generalmente de naturaleza matemática)
v un conjunto de reglas que relacionan los elementos del modelo con las observaciones.
Ello proporciona un marco en el cual interpretar la ciencia moderna. [...] Los filósofos, desde Platón hasta ahora, han discutido a lo largo de los siglos
sobre la naturaleza de la realidad. La ciencia clásica está basada en la creencia de que
existe un mundo real externo cuyas propiedades son definidas e independientes del
observador que las percibe. Según la ciencia clásica, ciertos objetos existen y tienen
propiedades físicas, tales como velocidad y masa, con valores bien definidos. En esa
visión, nuestras teorías son intentos de describir dichos objetos y sus propiedades, y
nuestras medidas y percepciones se corresponden con ellos. Tanto el observador como
lo observado son parles de un mundo que tiene una existencia objetiva, y cualquier distinción
entre ambos no tiene importancia significativa [...] Aunque el realismo puede resultar una posición tentadora, lo que sabemos de la
física moderna hace difícil defenderlo, como veremos posteriormente. Por ejemplo, según
los principios de la física cuántica, que es una descripción muy precisa de la naturaleza,
una partícula no tiene ni una posición definida ni una velocidad definida, a no
ser que —y hasta el momento en que— dichas magnitudes sean medidas por un observador.
Por lo tanto, no es correcto decir que una medición da un cierto resultado
porque la magnitud que está siendo medida tiene aquel valor en el instante de efectuar
la medición. De hecho, en algunos casos los objetos individuales ni siquiera tienen una
existencia independiente, sino tan sólo existen como una parte de un conjunto.[...] Tradicionalmente, los que no aceptan el realismo han sido llamados «antirrealistas
». Los antirrealistas distinguen entre el conocimiento empírico y el conocimiento teórico.
Típicamente sostienen que observaciones y experimentos tienen sentido pero que
las teorías no son más que instrumentos útiles, que no encarnan verdades más profundas
que transciendan los fenómenos observados. Algunos antirrealistas han querido
incluso restringir la ciencia a las cosas que pueden ser observadas. Por esa razón, muchos
en el siglo xix rechazaron la idea de átomo a partir del argumento de que nunca
podríamos ver ninguno. George Berkeley (1685-1753) fue incluso tan allá que afirmó
que no existe nada más que la mente y sus ideas. Cuando un amigo hizo notar al escritor
y lexicógrafo inglés Samuel Johnson (1709-1784) que posiblemente la afirmación de
Berkeley no podía ser refutada, se dice que Johnson respondió subiendo a una gran
piedra para, después de darle a ésta una patada, proclamar: «Lo refuto así». Naturalmente,
el dolor que Johnson experimentó en su pie también era una idea de su mente,
de manera que en realidad no estaba refutando las ideas de Berkeley. Pero esa reacción
ilustra el punto de vista del filósofo David Hume (1711-1776), que escribió que a
pesar de que no tenemos garantías racionales para creer en una realidad objetiva,no
nos queda otra opción sino actuar como si dicha realidad fuera verdadera. [...]

Einsten y la cuantica: EPR y la definicion razonable de realidad. Realidad local. Principio de localidad.


Sucintamente, una teoría local es aquella que excluye la posibilidad de acción a distancia. A veces se enuncia la misma idea como Principio de Localidad, indicando, en términos relativistas, que dos eventos con separación de tipo espacial no admiten conexión causal. El Principio de Localidad es asumido implícitamente en [EPR35]: “...since at the time of measurement the two systems no longer interact, no real change can take place in the second system in consequence of anything that may be done on the first system. This is, of course, merely a statement of what it is meant by the absense of interaction between the two systems”.

La posibilidad, que Einstein et al. no consideran “razonable”, es admitir efectos no locales que no lleguen a violar la causalidad relativista. Citando a [EPR35], “...this makes the reality of P and Q depend upon the process of measurement carried out on the first system, which does not disturb the second system in any way. No reasonable definition of reality could be expected to permit this.”
Fueron necesarios más de 50 añoos de desarrollos teóricos y experimentales para llegar a la conclusión, hoy predominante, de que la naturaleza en determinadas circunstancias puede manifestar efectos no locales. No locales en el sentido de ajenos al alcance de una interacción.

Resulta que viene un señor que se llama Bohm, y tiene un aparatito con la siguiente característica: toma una partícula que tiene spin nulo, la transforma en dos partículas y la dispara por medio dos caños que apuntan en direcciones opuestas, de modo que el conjunto de las dos particulas sigue teniendo un spin nulo. Según la teoría cuántica, se una partícula tiene spin -1, necesariamente la otra tiene +1 de modo que el conjunto valga 0. Tiene dos ayudantes: Alice y Bob, equipados con dispositivos de Stern-Gerlach portátiles para analizar el signo del spin (se consiguen en mercadolibre a buen precio). Alice tiene uno nuevo, con pantalla ajustable que se puede girar 90º para poder medir el spin en cualquier direccion ortogonal. Bob tiene un modelo viejo, con pantalla solo para medir en Z. Mr. Bohm realiza el disparo y Alice hace su medicion de spin en Z. Se fija en la pantalla LCD del detector y sale "+1". Ya se sabe que cuando Bob mida le va a dar "-1" ,por el tema del apareamiento (no de llos, de las dos particulas, que pertenecen a un conjunto de spin nulo). Igual Bob mide. Le da "-1". Su medicion tiene realidad física, para él por lo menos. Su medicion no afecta al sistema.
Ahora Bohm dispara de nuevo, pero Alice gira el detector para medir el spin segun X. Mide, le da "-1". La partícula de alice tiene un valor bien definido en X, pero no en Z. Si bob mide, tendrá igual probabilidad de que le salga "+1" o "-1". En ese caso, la realidad fisica de Bob incluye el spin en X, pero no en Z. La realidad física de Bob está siendo afectada instantáneamente por la decisión de Alice, según esta oriente su aparatito, lo cual hace pensar en que no se aplica la LOCALIDAD.

 “Science is not just a collection of laws, a catalogue of unrelated facts. It is a creation of the human mind, with its freely invented ideas and concepts. Physical theories try to form a picture of reality and to establish its connection with the wide world of sense impressions. Thus the only justification for our mental structures is wether and in what way our theories form such a link. ”
Albert Einstein and Leopold Infeld, The Evolution of Physics, 1938.

L.A. Reyes:
El realismo, como doctrina relativa a la naturaleza e interpretación de las teorías científicas, puede definirse de un modo genérico que comprenda sus diversas presentaciones como un conjunto de tesis que abarcan la ontología, la epistemología y la semántica: así, y respectivamente, como tesis ontológica afirma la existencia de una realidad independiente de las capacidades humanas
de repesentación; como tesis epistemológica defiende la accesibilidad de esa realidad al conocimiento humano; como tesis semántica sostiene que las teorías son verdaderas sobre el mundo.
En el caso del debate acerca de la interpretación que se le podía dar a Mecánica Cuántica,
la noción de lo que cabía entender como una interpretación realista se desarrolló hasta presentarse en una versión bastante específica y que ha sido asociada al nombre de Einstein. Según ésta, los conceptos de la física refieren un mundo externo, cosas como cuerpos, campos, etc., que tienen existencia independiente del sujeto cognoscente. Estos “existentes” son caracterizados por medio de
magnitudes físicas que tienen, simultáneamente, valores definidos independientemente de la posibilidad de que puedan ser conocidos mediante un proceso de medida7; una medida que, en su caso, revelaría los valores de esas magnitudes tal y como existen previamente a su realización. Como corolario se tendría que los enunciados acerca de las probabilidades de obtener un resultado
concreto en un instante dado son subjetivos, es decir, expresan el grado de desconocimiento de un valor que sí está perfectamente determinado.
b) la descripción de los procesos de medida como resultado de la interferencia del observador, desde donde se llega a negar la realidad objetiva de propiedades (como el momento y la posición) independientemente de su aparecer en el acto de ser medidas —con la consiguiente intrusión del
subjetivismo e idealismo—, o desde donde se afirma, sin hacer consideraciones acerca de la existencia del mundo atómico, que las relaciones de incertidumbre determinan los límites de su conocimiento. Los procesos de medida comportarían, además, la existencia de un elemento indeterminístico esencial en la evolución de los sistemas responsable de lo que se llamó “colapso de la función de onda”.
c) la completud de la teoría, entendida ésta como la existencia en el formalismo de un correspondiente para cada elemento de la realidad. La defensa de la completud, que se amparaba en la interpretación ontológica de las relaciones de Heisenberg —según la cual no existen estados cuánticos “sin dispersión”, es decir, con propiedades que tengan valores bien definidos—,afirmaba el carácter probabilista fundamental de la teoría, y desde ella se sostenía la que Popper llamaría “tesis-del-final-del-camino”, o el supuesto de que se había llegado al límite del conocimiento y que la Mecánica Cuántica era una teoría definitiva.
La crítica realista se ordenó a partir de la negación de esta tercera tesis, sosteniendo que, en su interpretación ortodoxa, mecánica cuántica era tanto descriptiva como explicativamente incompleta.
En primer lugar, además de señalar que según dicha interpretación la mecánica cuántica sólo describe fenómenos observados, de modo que no afirmaría nada de un mundo en el que no tuvieran lugar observaciones, negando implícitamente, y contra la intuición realista, la existencia de realidad alguna más allá de lo que somos capaces de observar, por otro lado, a partir del argumento EPR9, y apoyándose en una noción realista de las condiciones de verdad según la cual los enunciados que adscriben propiedades a los objetos atómicos son significativos aun cuando fuera imposible determinar empíricamente si tal atribución es verdadera o no, se negaba la completud de la teoría en el sentido de que su formalismo no daba cuenta de la existencia de propiedades, bien definidas, de las entidades atómicas.

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