
Que absurdo buscar metaforas, que tonto tratar de embellecer las palabras, que ridiculo tratar de dar un rodeo para intentar transmitir algo tan simple.
Evitar el cliché, no sonar cursi, buscar originalidad a estas palabras... que importa, si el sentimiento es tan visceral que cualquier ornamento no puede más que desfigurarlo.
Palabras que se han dicho un trillón de veces en la historia de la humanidad, se han escuchado ese número elevado a una potencia incalculable, y se dirán mas ves que átomos de hidrógeno haya en ese momento en todo el universo. Sin embargo no es en esa cantidad donde radica su tamaño. Su inmensidad vive, sólo, en los labios del que lo dice, en el corazón o las entrañas del que lo siente, y en el alma del que lo padece.
Te extraño. Te necesito. Te quiero.
Los vacíos de mi existencia sólo dejan de cobrar importancia cuando estoy con vos. Se va la náusea, el aire es limpio, los colores se realzan y la luz brilla más si vos estas cerca.
Sin vos soy siento poco y nada. Sin vos soy sólo el simulacro de un hombre. El simulacro de un hombre que espera, que espera vivir y mientras espera hace que vive. Come respira y caga, pero como un autómata que algún demente hubiera inventado para eso.
Mientras espero verte y estar con vos, hago que vivo.
Devalúo el tiempo, ay! que pase que pase, y luego le pido de rodillas ay! que dure que dure, mientras estamos juntos.
El maestro budista se mata de risa: el deseo de poseer lo que por naturaleza fluye, el intento de atrapar algo que es inasible. Agarrar con las manos el agua de un arroyo... El deseo de tener. Si, que se ria, pero yo quiero tenerte. Quierdo detener el tiempo cuando estoy con vos, para no separarme, ya que la vida es tan hija de puta que no podemos ser juntos. Ser, vos y yo, los dos a la vez. Que la otra vida, la eternidad, la iluminación y el universo se vayan a la concha de su hermana, si en 31 años de vida sos lo único genuinamente hermoso, absolutamente bello y auténticamente trascendente que encuentro. Sos el primer sentido, y habiéndote encontrado ya cuando había desistido de buscar, ya cuando creí que no habría sentido, del no tenerte conmigo se desprende la eterna máxima.
Esto es un sinsentido.
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