3 de febrero de 2010

Schreien

La ira es una emoción engendrada en nosotros (y también en organismos menos evolucionados), luego de incontables generaciones.

Su fin es favorecer nuestra supervivencia.

Experimentamos ira, cólera o furia, cuando comprobamos que otro organismo intenta invadir nuestro territorio geográfico (su forma mas animal) o territorio psicológico (su forma mas humana) o cuando trata de someternos de una manera u otra, sea esta cualquier combinación de las dos anteriores (esta es su faceta evolutivamente mas compeja).

Siempre, esta emoción nos lleva a devolver el golpe.

Sin nuestra cólera, estaríamos retrocediendo continuamente hasta ser aplastados y exterminados. Ya sea en un terreno físico, mental o espiritual.

Sólo con el enfado podemos sobrevivir a un mundo en el que la agresión externa a cada uno de los organismos que lo habita, es ley natural.

Ignorar o renunciar a esto, es descartar una de las herramientas que la evolución nos dio, y que nos han posibilitado hoy estar acá, sujetos activos de este mundo.

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